La huatia es un plato andino tradicionalmente consumido por las culturas quechua y aymara. Hoy en día forma parte de la gastronomía de Perú, Bolivia, Argentina y Chile. Se trata de un método ancestral de cocción de papas en la tierra, que simboliza una conexión directa con la Pachamama. En el Cusco, esta práctica se mantiene viva durante la temporada de cosecha de mayo a julio, cuando los pueblos andinos ofrecían alimentos a la Madre Tierra en señal de agradecimiento.
La gastronomía peruana tiene un encanto mágico, y la huatia cusqueña es un claro ejemplo: un ritual culinario que existe desde antes del Imperio Inca.
Significado de la Huatia
El término huatia proviene de las palabras quechuas “watya” o “kurpay”, que significan “terruño” o “terrado de tierra”. En lengua aimara se conoce como “waja”. Tiene la característica de un horno de barro cuidadosamente construido en forma de pirámide.
Origen mítico de la Huatia
- El cronista y sacerdote Francisco de Ávila relató que la huatia se relacionaba con un dios llamado Huatiacuri o Watyaquriq, hijo del poderoso Pariaqaqa, quien se alimentaba únicamente de papas asadas en tierra caliente.
- Guaman Poma de Ayala la vinculó con el mes de julio, bajo el nombre de Huacaycusqui. Representaba a un anciano portador de un vaso ritual (Huatio), deidad agrícola que protegía las cosechas y acompañaba a los campesinos.
Durante la estación seca (mayo a julio), cuando no llovía y el suelo se endurecía, la preparación de la huatia adquiría un carácter ceremonial.
Cómo preparar la Huatia Cusqueña
Ingredientes:
- Papas andinas
- Ocas
- Trozos de carne (pollo, cuy u otros)
- Acompañado de queso, ensalada, ají molido (ocopa)
- Tiempo de cocción: 30 a 40 minutos.
Preparación paso a paso:
- Excava un hoyo en la tierra, del tamaño del horno que quieras construir.
- Forma un horno piramidal con terrones de diferentes tamaños.
- Enciende fuego en su interior y aliméntalo con leña hasta que esté al rojo vivo.
- Retira las brasas y coloca papas, ocas y carnes dentro del horno.
- Desmorona los terrones calientes con un palo y cubre con tierra para conservar el vapor.
- Espera entre 30 y 40 minutos.
- Extrae con cuidado los alimentos cocidos y disfrútalos calientes.
La Huatia un alimento ceremonial
La huatia en Cusco no es solo comida, es un acto ritual.
Como ofrenda a la Pachamama
Este ritual buscaba dar calor a la Pachamama porque el sol se aleja de la tierra. De esta manera, se marca el comienzo de la estación fría.
Durante la celebración del Inti Raymi, la población cavaba hoyos en la tierra. Luego cocinaban alimentos con la tierra previamente calentada. Es un acto simbólico para agradecer su generosidad.
En un amanecer mágico del Inti Raymi, el Huatio (el sacerdote principal) esperaba la llegada de «Suchu». Porque este ser divino llevaría frutas cocidas y chicha de jora al cielo. Su objetivo era que el sol recuperara su fuerza.
En la época inca, lo realizaban por las siguientes razones:
- Agradecimiento a la Pachamama y al Dios Sol.
- Purificación de los frutos obtenidos de la tierra mediante la cocción.
- Simbolizaba la regeneración de la vida en los campos.
Cuando llegaron los españoles
Los conquistadores españoles lo consideraban "comida nativa". Lo adaptaron para utilizar ollas de barro sobre el fuego para preparar la comida. A esta versión la llamaron Huatia Surcana. Además, añadieron ingredientes como habas y batatas.
En la actualidad
A pesar de las transformaciones, la huatia cusqueña sigue viva en la actualidad. En las comunidades andinas, se prepara especialmente en junio, en pleno invierno y temporada de cosecha. En Cusco, muchas familias cocinan su huatia el 24 de junio, un día antes de Fiestas Patrias.
Hoy, además de papas y ocas, se suelen agregar carnes como pollo o cuy, manteniendo el espíritu ancestral pero con un toque moderno.
¿Por qué probar la Huatia en Cusco?
La huatia cusco es mucho más que un plato: es un encuentro con la historia, la espiritualidad y la naturaleza andina. Cocinar bajo tierra no solo conserva los nutrientes y el sabor, sino que también revive un ritual milenario de gratitud hacia la Pachamama.
Si viajas a Cusco, no te pierdas la oportunidad de probar este manjar ancestral que te conecta con la tierra y con el legado incaico.